Una madre y una hija se han internado en las oficinas del Consulado de Uruguay en Barcelona. El consul rechaza entregar a la menor al padre como ordeno una juez española. Los Mossos vigilan la legación diplomática para llevarse a la niña si sale a la calle y entregarla al padre, de acuerdo con la orden judicial. Ambas llevan ya más de un día encerradas en la cuarta planta de la avenida de la Diagonal, cuyo máximo responsable, Juan Pablo Tagliafico, defiende la inviolabilidad de sus dependencias y subraya que entre sus competencias no figura ejecutar sentencias de países que no sean el suyo. Los abogados de la mujer han solicitado al juzgado de Vielha que tramita el pleito que se supenda el traspaso de la menor por «su bienestar».
La sentencia dictada por la jueza de Vielha obligaba a la mujer a llevar a su hija al consulado a las diez de la mañana del 4 de octubre de 2019 , para que una hora después la recogiera su progenitor. Sin embargo, al llegar el padre el viernes por la mañana con sus abogados, el cónsul Juan Pablo Tagliafico le notificó que no entregaba a la menor porque, a su entender, no es competente para ejecutar una sentencia española. El hombre y sus letrados permanecieron durante unas seis horas en la puerta del consulado. Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Uruguay ha emitido una nota en la que subraya la inviolabilidad de sus dependencias diplomáticas en Barcelona.
Fuentes jurídicas calificaron de extraño que se escogiera una oficina diplomática para hacer la entrega de la menor. Las fuentes consultadas han especificado que la togada escogió ese lugar al considerar que era un entorno más amable para la pequeña. A las siete de esta tarde, tres patrullas de los Mossos se han personado en el consulado. El padre de la menor había sido denunciado por su expareja por abusos sexuales a la pequeña y malos tratos a su excónyuge. Especialistas uruguayos, adonde la mujer se llevó a la niña de viaje en el 2016, confirmaron esa sospecha, pero peritos catalanes lo descartaron y el caso se archivó el pasado mes de febrero, a raíz de lo cual la juez de la localidad leridana falló en favor del hombre, que debía recoger a la hija en el consulado de Uruguay.
Un debate acapara la atención de los uruguayos. Casi todos parecen saber de qué se trata desde mucho antes de que el consulado de ese país en Barcelona, a 10.300 kilómetros, se negara a entregar a la menor cuya madre estaba obligada por parte de la justicia española a dejarla en custodia del padre. Los diarios, las radios y las cadenas de televisión se ocupan de un tema que va más allá de los argumentos expuestos por el Ministerio de Exteriores sobre la inviolabilidad de sus dependencias. Hace dos años que la opinión pública y la publicada se han fijado en el pleito familiar.
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