El Consejo de la Unión Europea adopta un marco jurídico revisado para los fondos de inversión a largo plazo europeos (7 marzo 2023)

El Consejo ha adoptado el 7 de marzo de 2023 una reforma del marco normativo por el que se rigen los fondos de inversión a largo plazo europeos (FILPE), que pretende incrementar el atractivo de este tipo de fondos de inversión.

Antecedentes

Desde la adopción del Reglamento (UE) 2015/760 del Parlamento Europeo y del Consejo, solo ha sido autorizado un número limitado de fondos de inversión a largo plazo europeos (FILPE). El volumen agregado de los activos netos de esos fondos se estimó en aproximadamente 2.400 000 000 EUR en 2021.

Así las cosas el 25 de noviembre de 2021 la Comisión presentó un conjunto de medidas relativas a la unión de los mercados de capitales, que incluía la propuesta sobre los FILPE. El Consejo adoptó su posición sobre la propuesta el 24 de mayo de 2022. Las negociaciones con el Parlamento Europeo concluyeron con un acuerdo el 19 de octubre de 2022. El Parlamento Europeo votó la propuesta el 15 de febrero de 2023. La adopción formal del Reglamento hoy por el Consejo es el último paso del proceso legislativo.

Movilización y canalización de capital hacia inversiones a largo plazo en la economía real, también hacia inversiones que promuevan el Pacto Verde Europeo y otros ámbitos prioritarios

Teniendo en cuenta el potencial de los FILPE para facilitar las inversiones a largo plazo en ámbitos como la energía, el transporte y las infraestructuras sociales, para crear empleo y para contribuir a la consecución del Pacto Verde Europeo, el Reglamento (UE) 2015/760 debe modificarse para que su objetivo sea facilitar la movilización y canalización de capital hacia inversiones a largo plazo en la economía real, también hacia inversiones que promuevan el Pacto Verde Europeo y otros ámbitos prioritarios, y garantizar que los flujos de capital se dirijan hacia proyectos que sitúen a la economía de la Unión en la senda de un crecimiento inteligente, sostenible e integrador

Se considera necesario dotar a los gestores de activos de mayor flexibilidad para invertir en amplias categorías de activos reales. Por lo tanto, debe considerarse que los activos reales constituyen una categoría de activos aptos, siempre que el valor de dichos activos reales se deba a su naturaleza o sustancia. Los activos reales incluyen los bienes inmuebles, tales como las infraestructuras de comunicación, medio ambiente, energía o transporte, las infraestructuras sociales, incluidas las residencias para personas de la tercera edad y los hospitales, así como las infraestructuras de apoyo a la educación, la sanidad y el bienestar, las instalaciones industriales y de otro tipo, y otros activos, incluida la propiedad intelectual, los buques, los equipos, la maquinaria, las aeronaves o el material rodante.

Las inversiones en inmuebles comerciales, instalaciones o centros destinados a la educación, el asesoramiento, la investigación, el desarrollo, incluidas las infraestructuras y otros activos que permiten beneficios económicos o sociales, o el deporte, o en viviendas, incluidas residencias para personas de la tercera edad o viviendas sociales, también deben considerarse inversiones aptas en activos reales debido a su capacidad para contribuir al objetivo de crecimiento inteligente, sostenible e integrador. A fin de permitir la materialización de estrategias de inversión en aquellos ámbitos en los que las inversiones directas en activos reales no sean posibles o resulten poco rentables, las inversiones aptas en activos reales deben comprender también las realizadas en derechos de aguas, derechos forestales, derechos de construcción y derechos mineros.

Unión de los mercados de capitales

La reforma forma parte de la unión de los mercados de capitales (UMC), un plan para crear un mercado único de capitales que permita que las inversiones y los ahorros puedan circular entre los Estados miembros en beneficio de los ciudadanos, las empresas y los inversores. Los FILPE son el único tipo de fondos destinados a inversiones a largo plazo que pueden distribuirse a través de las fronteras entre inversores tanto profesionales como minoristas. Dado que los FILPE se han concebido para canalizar inversiones a largo plazo, constituyen una buena opción para ayudar a financiar las transiciones ecológica y digital.

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