Presentación de LA LEY UNIÓN EUROPEA en su tercera etapa desde 1986 celebra la publicación del número 100, por José Carlos Fernández Rozas (28 febrero 2022)

José Carlos Fernández Rozas

Director de la Revista

1. La década de los años ochenta del pasado siglo alteró radicalmente el escenario de las publicaciones jurídicas de alcance general, que durante muchas décadas había cubierto la centenaria Revista General de Legislación y Jurisprudencia (fundada en 1853), con la incorporación de una experiencia desarrollada en Argentina y exportada a España con éxito, a partir de sus adaptaciones a nuestro sistema y a su acertada adaptación a las necesidades de nuestros juristas. La aparición en 1980 de LA LEY. Revista Jurídica Española de Doctrina, Jurisprudencia y Bibliografía (LA LEY) tuvo la virtud de renovar el panorama editorial español no sólo desde la perspectiva del operador jurídico, sino desde la propia estructura empresarial del sector. La nueva publicación estaba concebida en un doble formato: de un lado, un diario editado los días laborables de contenido variable, por lo general de 6 a 12 páginas, que iba precedido de uno o dos artículos de contenido doctrinal y/o práctico, al que seguía una selección de normas legales, de jurisprudencia y de bibliografía; y, de otro lado, unos volúmenes de lujosa encuadernación, de aparición trimestral, donde se insertaban los materiales procedentes de los diarios, junto a otros de carácter complementario, esencialmente procedentes de los tribunales españoles. Dichos volúmenes incorporaban dos características de importante valor añadido. La primera, su elegante formato, que decoraba los anaqueles de los despachos de abogados de toda España, al lado de los tradicionales tomos de jurisprudencia y de legislación de la editorial Aranzadi. La segunda, los índices de búsqueda, especialmente los referidos a las decisiones judiciales, que suponían una gran innovación, reduciendo los largos períodos de indagación, en una época en que la informática apenas daba los primeros pasos.

La posibilidad de contar con un diario jurídico no sólo acercó al lector a la realidad cotidiana de los Tribunales de Justicia, frente a la demora de las publicaciones tradicionales, sino que le familiarizó con los debates sobre las reformas concretas del ordenamiento. Con el concurso de un selecto grupo de juristas entre los que se encontraban magistrados del Tribunal Constitucional y de las principales jurisdicciones del Estado, notarios, registradores, abogados del Estado, junto con catedráticos de Universidad y abogados de reconocido prestigio, las secciones del Diario se fueron enriqueciendo progresivamente, al tiempo que ganaban en calidad. Estas circunstancias, fueron cruciales para responder a los problemas jurídicos de una sociedad que estaba consolidando su proceso de transición democrática y desarrollando las aportaciones de la Constitución de 1978 y, más tarde, adoptándose a los desafíos que supuso el ingreso de España a las Comunidades Europeas. Y a ello debe agregarse la inmediatez, que contrastaba con los largos períodos de espera, nunca menores de seis meses y con frecuencia de más de un año, habituales para la aparición de las colaboraciones en las publicaciones periódicas españolas.

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