ESTRUCTURA DE LA CADENA DE SUMINISTRO Y DE VALOR DE LOS SEMICONDUCTORES
El multilateralismo, junto con acciones similares aplicadas simultáneamente por países de estrategias afines, puede resultar el enfoque adecuado para una política que equilibre los intereses comerciales y las preocupaciones de seguridad nacional, desempeñando en este escenario un papel clave en el actual desafío mundial derivado del cambio climático, las pandemias, la seguridad alimentaria y la industria de los semiconductores. Pero en ocasiones el modelo experimenta quiebras importantes como es el caso del mercado de semiconductores.
Constituye la producción de los semiconductores, y en particular en lo que se refiere a los microchips, una de las industrias fundamentales de las tecnologías que se proyectan en buena parte de los procesos productivos por utilizándose en todos los sectores de manera transversal: medicina, comunicaciones, agricultura, automoción o el defensa. El mercado mundial de semiconductores es enorme y se espera que siga creciendo de forma dinámica en los próximos años: mientras que el volumen de ventas se situó todavía en 412.000 millones de dólares en 2019, podría alcanzar los 532.000 millones de dólares en 2024 y los 1.380.790 millones de dólares en 2029. Los principales impulsores de este desarrollo son las nuevas tecnologías en áreas con visión de futuro como la e–movilidad, el nuevo estándar de comunicaciones móviles 5G o el Internet.
Como la transformación digital sigue acelerándose y la demanda de chips crece regularmente en todo el mundo, los semiconductores están en el centro de los intereses geoestratégicos y de la carrera tecnológica. Las potencias económicas –como la Unión Europea (UE)– y numerosos países están ansiosos por asegurar su suministro de chips, ya que supone cada vez más un requisito previo para la potenciación económica y para impulsar la transformación digital, hasta el punto de que una Europa sin chips nunca será “verde” ni “digital”. Las cadenas de suministro complejas y globalizadas han impulsado el rápido progreso de los semiconductores durante décadas y cabe resaltar la importancia de contar con un suministro fiable. Durante más de 50 años, la industria de los semiconductores ha experimentado cotas asombrosas de innovación científica, productividad, creación de riqueza y tecnologías y dispositivos habilitadores que han mejorado la calidad de vida de las personas. Sin embargo, la industria se encuentra en un momento único que no se ha visto en su historia de alto crecimiento y desarrollo volátil.