El rápido aumento del número de casos y la nueva presión hospitalaria requiere de una acción urgente y decidida, como se contiene en la Comunicación de 1 de diciembre de 2021. La nueva amenaza potencial que plantea la variante ómicron se suma a estos problemas y enfatiza la importancia de hacer frente a la pandemia para progresar hacia la seguridad sanitaria a largo plazo, tanto a nivel de la UE como a nivel mundial.
Contexto
La Estrategia de Vacunas de la UE sigue siendo la herramienta principal de la UE para poner fin a la pandemia mediante la prevención y reducción de casos, así como las tasas de hospitalización y las muertes causadas por la enfermedad. La Estrategia de la UE sobre Opciones Terapéuticas contra la Covid-19 la complementa. Estas estrategias forman parte de una sólida Unión Europea de la Salud , que utiliza un enfoque coordinado de la UE con el fin de proteger mejor la salud de nuestra población, dar a la UE ya sus Estados miembros los medios necesarios para mejorar la prevención y la respuesta frente a futuras pandemias, y aumentar la resiliencia de los sistemas sanitarios europeos.
El aumento de casos graves, especialmente entre los no vacunados, ha tenido como consecuencia una enorme presión sobre los hospitales y sobre el personal sanitario, que ya estaba al límite de su capacidad. Esto también tiene un impacto directo en la salud de los pacientes que no padecen Covid-19 puesto que, una vez más, el acceso a la asistencia sanitaria por otras enfermedades está sometido a una presión considerable por la necesidad de tratar a los pacientes con Covid -19.
Una acción coordinada para luchar contra la Covid-19
La UE y los Estados miembros deben
- demostrar una capacidad de reacción rápida para afrontar la expansión del virus y continuar luchando para dar una respuesta fuerte y sostenible a largo plazo contra esta amenaza. Esto requiere respuestas decididas y urgentes, como:
- seguir aplicando una estrategia conjunta para limitar la entrada de la variante ómicron en la UE, con revisiones periódicas y diarias de las principales restricciones de viaje.
- prepararse para imponer todos los controles necesarios.
Por su parte, los Estados miembros deben
- llevar a cabo un cabo nuevas campañas dirigidas a las personas no vacunadas en todos los grupos de edad propuestos para la vacunación, acompañadas de estrategias nacionales específicas para abordar la reticencia a la vacunación.
- utilizar rápidamente las dosis de refuerzo para mantener un alto nivel de protección contra el virus, incluida la variante del ómicron, comenzando con los grupos más vulnerables.
- poner en marcha medidas de precaución y restricciones específicas y proporcionadas para limitar la propagación del virus, salvar vidas y reducir la presión sobre los sistemas sanitarios.
- aplicar el enfoque revisado relativo a la libre circulación, con un período de validez estándar de nueve meses, para el certificado Covid digital de la UE.
Asimismo debe garantizarse la plena coordinación de la UE. Con la aparición de la variante ómicron, será necesario prestar especial atención a la aplicación y comunicación de medidas específicas sobre el contacto durante el período de fin de año.
Las agencias de la UE deben garantizar que las directrices científicas necesarias estén disponibles rápidamente.
La Comisión intensificará sus esfuerzos para producir, autorizar y adquirir continuamente tratamientos contra el Covid-19.
El Parlamento Europeo y el Consejo deben adoptar, antes de finales de 2021, las propuestas de la Unión Europea de la Salud y el reglamento de crisis de la HERA.
La UE y los Estados miembros deben impulsar los esfuerzos de Equipo Europa para compartir las vacunas a fin de conseguir el objetivo mundial de vacunación del 70% en 2022, acordado en la cumbre del G-20 de octubre de 2021, y apoyar el desarrollo de capacidades para la secuenciación, experimentación y vacunación. Asimismo, la UE debe adoptar una posición clara sobre el camino a seguir para conseguir una arquitectura sanitaria mundial más fuerte, equ y rápida.
La presidenta ha pedido al profesor Peter Piot que asuma la función de asesor científico principal de la Comisión para las epidemias, en el marco de su mandato actual.